PISO EN OLZINELLAS

Reforma interior de un piso de los años ’70 con papeles de pared psicodélicos y techos alicatados, convertido en un piso de 2 habitaciones con concepto abierto que, estando a la altura de un séptimo piso orientado a Éste, goza de mucha luz y ventilación cruzada en todas las estancias.

Los propietarios, una joven pareja sin hijos y con un Jack Russell movido y encantador: el Pichi, tenían como principal preocupación la insonorización de la habitación principal debido a los turnos laborales. Por lo tanto, se forró la estancia con un sándwich interior compuesto por una lámina bituminosa modificada con elastómeros entre dos láminas de lana absorbente porosa con fibras textiles termo-soldadas, y para el acceso: una doble puerta con un vestidor en medio, y una ventana con rotura de puente térmico y vidrio con cámara a la calle.

Otro punto clave fue el baño de invitados, que, como un gran volumen hecho de obra vista cocida artesanal insertado dentro del espacio diáfano de día, articula visualmente la distribución de las estancias alrededor al tiempo esconde la torre del horno-microondas y, por deleite del propietario, una gran nevera doble americana.

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